El ciclísmo incluye distintas modalidades y disciplinas, tienen en común el uso de una bicicleta.
Este deporte tiene dos categorías, el cicismo convencional practicado con bicicleta, y el handcycling o “ciclismo manual”.
Para el primero de ellos, las cuatro clasificaciones funcionales que
existen adaptan en mayor o menor medida las bicicletas a su
discapacidad, pudiendo ser practicado por lesiones tan variadas como
polio, amputaciones, afectaciones que no impidan movilidad reducida,
etc. Tanto las pruebas en carretera como la contrarreloj y la pista
forman parte de los calendarios anuales.
Por su parte, el handcycling es
desarrollado con unas bicicletas de tres ruedas (dos de ellas traseras)
impulsando con las manos las bielas en paralelo que lleva sobre la rueda
delantera, la cuál acoge el sistema de cambios que lleva incorporado.
Dadas las particularidades del marco en
que se desarrolla este deporte, según la disponibilidad de tiempo y
ubicación de sus practicantes se lleva a cabo en unos lugares u otros y
en días distintos de la semana.
El ciclismo en tándem es esencialmente
muy similar a la competición de los deportistas videntes. Prueba de ello
es que en la actualidad el deporte de discapacitados ya esta organizado
por la Unión Ciclista Internacional (UCI), siendo esta la que lo regula
y gestiona en cuanto a competiciones internacionales.
Existen dos adaptaciones muy claras en
esta modalidad deportiva: la primera del material sustituyéndose la
bicicleta normal por un tándem y la segunda la necesidad de un piloto.
El tándem es una bicicleta con características especiales que permite
ser utilizada por dos personas a la vez, siendo el piloto el que conduce
y el ciego o deficiente visual el que ocupa la parte de atrás.
En este deporte, todos los deportistas, independientemente de ser ciegos o deficientes visuales, compiten en la misma categoría.
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